domingo, 19 de abril de 2009

LOS ENAMORADOS TENDRIAN QUE SABER ...


Ya me gustaría a mí que todos los enamorados supiesen “quién es”, de verdad, la persona a la que dicen amar. Por desgracia nos fijamos más en detalles externos que en las maravillas del interior, las que de verdad definen la persona. Nos atrae una cara linda o… embadurnada, un cuerpo exuberante, una sonrisa afable o, simplemente, una sexualidad precoz y desbordada. Pero eso no es todavía amor, es instinto. Quienes se emparejan sólo desde los atractivos epidérmicos o desde la sensibilidad hambrienta son candidatos seguros a la larguísima cola de divorcios: uno cada cuatro minutos en nuestra nación.
El amor es, ante todo, profunda admiración y verdadera entrega, ya lo escribí. ¡Bendito el impulso y la atracción que nos hace salir al encuentro del otro! Pero, si te conformas con eso, si no hay admiración profunda, lo que vives es un apareamiento entre macho y hembra, muy distinto del amor entre hombre y mujer.
He preguntado muchas veces a parejas de novios: ¿Cuál es el medio para llegar al amor, es decir, a esa admiración profunda que te hace descubrir “quién es” tu verdadera y única pareja? Alguna vez me han respondido: ¡la cama! No me extraña la respuesta en un ambiente tan oscurecido como el que hoy vivimos. ¡Bendita la cama, el sofá, la mesa o cualquier soporte que te permita fundirte y expresar la unidad de pareja! Pero para llegar a esa unidad, para no quedarse en una cubrición física o sensible, para poder decir “estoy enamorado”, hay que pasar por hablar, escuchar y respetar mucho. Antes de desnudar el cuerpo deberíamos haber pasado por el desnudo total de nuestra interioridad, de nuestra persona. Sólo entonces podrías afirmar con certeza “a quién” amas y “por qué”.
Otras veces he preguntado: ¿Qué haces en el tiempo que pasas juntos? Pocas veces me respondieron: hablar. ¡Sí! Ese es el mejor medio de cultivar el amor, de aflojar las tensiones, de resolver los conflictos, de conocerse, de admirarse, de amarse de verdad. Aunque algunas veces hay que poner el contrapunto de callar.

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